Musicoserapia: True Blood

Esta semana inauguramos una nueva sección en la que la música de las series será la protagonista, y dado que ya ha comenzado la sexta temporada de True Blood (después de dejarnos con un cliffhanger abominable, nunca mejor dicho) qué mejor serie para abrir nuestra sección de Musicoserapia.

Resulta que un buen día, mientras nuestro querido Allan Ball, maestro creador de Six Feet Under, estaba haciendo tiempo para la consulta del dentista (o haciendo acopio de valor), entró en una librería y topó con "Dead Until Dark", el primer libro de la saga "The Southern Vampire Mysteries" de Charlaine Harris, y como tenía la obligación contractual con la HBO de realizar una nueva serie, comenzó a desarrollar "True Blood".

Guardando las distancias, la serie es algo así como "Buffy cazavampiros" para adultos, pero si sumamos el universo creado por Harris al talento de Allan Ball desarrollando personajes, tenemos una serie que no sólo trata temas sobrenaturales como los vampiros u hombres lobo, sino que también hace analogía con los movimientos sociales en favor de los derechos civiles, todo esto sazonado con sexo, violencia, drogas y la música suereña de Estados Unidos. En general, se podría considerar una serie un tanto pornográfica, llevando el tema típico de las novelas eróticas para mujeres un poco más allá.

En la pequeña ciudad de Bon Temps, llevan unos años acostumbrándose a convivir con los vampiros,  tras la comercialización de sangre sintética llamada True Blood (por lo que los vampiros han dejado de atacar a los humanos), sin embargo el matrimonio entre vampiros y humanos es ilegal y las relaciones con ellos no están bien vistas a ojos de los más puritanos. Así que cuando Sookie Stackhouse comienza a verse con un vampiro forastero llamado Bill, los problemas comienzan a amontonarse a su alrededor. Puede que el personaje de Sookie resulte repelente y odioso para muchos, pero precisamente por eso se presta un poco a que los guionistas le pongan en situaciones ridículas, incluso a veces algo humillantes.

La serie ha gozado de gran éxito a medida que transcurrían los episodios, y ha sido galardonada con diversos premios (quizá demasiados ya que es incomprensible que Anna Paquin se haya llevado un Globo de Oro por su interpretación de Sookie) y el respaldo de la GLAAD (Alianza de Gays y Lesbianas contra la Difamación) dado que es una de las series con más personajes homosexuales y es uno de los grandes temas que se tratan en favor de los derechos civiles, así como el racismo.

Sin embargo, la quinta temporada flojeaba un poco, todo hay que decirlo. Puede que fuera porque Anna Paquin tuvo que rodar embarazada, por lo que su personaje quedaba un poco en segundo plano durante esta temporada (cosa que algunos agradecemos) pero también, como a veces ocurre, los creadores se enfrascan con otra producción y eso se nota. En esta última temporada, Allan Ball ya había comenzado con su nuevo proyecto Banshee y delegó la responsabilidad en el guionista Mark Hadis, que al poco tiempo comenzó su propio proyecto dejando True Blood en manos de Brian Buckner. No dudamos de la profesionalidad de ambos substitutos, pero cuando hay tantos cambios y altibajos en una serie, ésta inevitablemente se resiente. Allan Ball sólo aceptó producir hasta la quinta temporada, así que en esta sexta veremos a ver qué ocurre, si la serie seguirá en un pedestal o se irá deteriorando hasta un final precipitado.

Pero volvamos al sentido del título de esta nueva sección y hablemos de su música. Gary Calamar es el responsable de todo, y no es un personaje de Bob Esponja, sino el supervisor de las bandas sonoras de series como Dexter, Six Feet Under, House y True Blood. Para la banda sonora original eligió al compositor Nathan Barr, conocido por tocar cada uno de los instrumentos que aparecen en sus composiciones y que ha compuesto la música también para Hemlock Grove, serie de una temática parecida a True Blood y que se ha estrenado recientemente en el canal Netflix.

Fue un golpe de gracia para el músico country Jace Everett que Gary Calamar escogiera su canción "Bad Things" para la intro de la serie, ya que cuando ésta salió a la luz su álbum había dejado de editarse por sus escasas ventas. El tema tuvo un gran éxito entre el público, incluso la escritora Christine Harris ha hecho alusión a él en su décimo libro "Dead in the Family". 

El caso es que la música en esta serie tiene mucha importancia, porque, lo creáis o no, cada título de los episodios es el nombre de una canción. Artistas como Bob Dylan con "Beyond Here Lies Nothin'" (título del último episodio de la segunda temporada) y el grupo Depeche Mode con "Corrupt" han cedido sus temas para la serie. En el videoclip de este último tema mencionado aparecen los miembros de la banda junto con actores de la serie:

A parte de un potente merchandising, la HBO ha editado hasta el momento cinco discos con la banda sonora de la serie, con temas de Jace Everett o Ryan Adams entre otros y con las composiciones de Nathan Barr. Os dejamos a continuación con un listado para que podáis evocar Bon Tems y su atmósfera erótica-gótica-suereña.

Naiara