Just look at the flowers, Lizzie...

No hace mucho ya comenté que hay veces que tras ver un episodio tengo la necesidad terapéutica de escribir sobre él para dejar aflorar todos los sentimientos y la conmoción que dicho episodio me ha causado. Me ocurrió con "The Rains of Castamere" (Game of Thrones), me sucedió con "Ozymandias" (Breaking Bad) y me ha vuelto a ocurrir con el episodio de "The Walking Dead" del pasado domingo, "The Grove", que significa algo así como "El bosquecillo". Y ¿qué es lo que ocurrirá en el bosquecillo...? Lo sé estamos un poquito pesadetes en el blog con TWD últimamente, pero qué le vamos a hacer, si es lo que nos pide el cuerpo... No hace falta ni decir que este post contiene una mega SPOILER ALERT!!! y que no debe ser leído si no habéis visto el episodio 4x14.

El capítulo se ha centrado en el grupo formado por Carol (uno de mis personajes favoritos desde el comienzo), Tyreese y las dos hermanitas locas (Lizzie y Mika). En esta segunda mitad de la cuarta temporada tras el parón navideño, TWD se ha centrado en cada episodio en uno de los grupos que se han formado tras escaparse de la prisión. En mi opinión, este recurso narrativo ha funcionado bastante bien, porque ha permitido a los guionistas desarrollar mucho mejor algunos personajes que quedaban algo desdibujados cuando sólo formaban parte del conjunto de habitantes de la prisión.

El episodio comienza con un inquietante plano donde vemos a través de una ventana, mientras una tetera está hirviendo agua y suena una música perturbadoramente feliz y apacible, como dos personas están jugando en el jardín (en ese momento no sabemos de quien se trata...). Como ya sabíamos, Lizzie y Mika son aquellas niñas pupilas de Carol que aprendían cómo disparar walkers a la cabeza entre la clase de mates y la de literatura inglesa. Recordemos también que Lizzie ha mostrado en repetidas ocasiones un especial afecto hacia los walkers, para ella no están muertos, "sólo son diferentes".

Realmente estas dos hermanitas son de lo más aterrador que he visto desde las gemelitas del pasillo de "El resplandor" (Danny, quieres jugar con nosotras...). Los americanos saben perfectamente que no hay nada más terrorífico que una niña; a parte de las gemelitas ya mencionadas, tenemos a la niña de "El exorcista", Caroline de "Poltergeist" (Ya están aquiiiiiiiiiií...), las niñas de "Pesadilla en Elm Street" que saltan a la comba mientras cantan (Uno dos canta a viva voz... nueve diez dónde está Fred...), y cuando sonríen aún da más "yuyu". Pues bien, este episodio ha llevado este recurso al límite. Hemos descubierto que Lizzie era quien alimentaba con ratoncitos a los walkers de la prisión, y que le gusta jugar con ellos al pilla-pilla, al escondite, lo típico... Vamos, que esta cría está fatal de lo suyo, cree que los walkers son sus amigos, que lo único que quieren es que ella "cambie" y que se convierta como ellos. A mí también me pareció especialmente aterrador cuando la más pequeña (Mika) encuentra una muñeca de trapo en la casa y, feliz como una lombriz, les dice a Carol y a Lizzie (la niña que le susurraba a los walkers) que va a llamarla Griselda Gunderson y luego suelta una carcajada. Una niña que quiere llamar a su muñeca "Griselda Gunderson" no puede estar bien, yo estoy prácticamente seguro de haberlo leído en alguna parte... Está claro que Carol no es muy buena maestra...

Finalmente, descubrimos que en la escena inicial era Lizzie quien estaba jugando al pilla-pilla con un walker. Carol lo mata y la niña se pone a gritarle como una histérica. La verdad es que todos los niños que aparecen en esta serie están un poco mal, Carl, sin ir más lejos, a mí a veces también me da la sensación de que no está muy fino. Bueno yo no soy psicopedagogo, como para ir haciendo afirmaciones de este tipo, pero digo yo que crecer en medio de un apocalipsis zombie no tiene que ser fácil. Y si no me creéis, mirad como está la pobrica de Lizzie en el gif de aquí abajo.

Llamadme atrevido, pero yo no la veo bien a esta cría...

Pero la cosa no se queda aquí. Carol y Tyreese se van a por agua y dejan a Lizzie, Mika y a la pequeña Judith solas en la casa que han encontrado (MEEEEEEEEEEECK!!! ERROR!!!, si es que a quien se le ocurre, igual se pensaban que iban a estar allí felices para siempre rollo "La casa de la pradera"). Pues bien, cuando regresan, Lizzie está sujetando un cuchillo ensangrentado, Mika yace muerta sobre la hierba y la pequeña Judith está allí sobre una mantita mirando con total incomprensión lo que está ocurriendo a su alrededor. No os preocupéis -dice Lizzie- Volverá. No le dañé el cerebro... WTF!!!! Realmente está como un cencerro. Y encima le suelta que también puede convertir a Judith en un caminante, pero si la pobrica ni camina todavía ¿cómo va a ser una walker? Si es que...

 

Obviamente, Carol hace lo que tiene que hacer: toma una decisión. Ya he dicho antes que Carol (maravillosamente intepretada por la actriz Melissa McBride, que en este episodio realiza un verdadero tour de force interpretativo, aunque ya había demostrado su talento en otras ocasiones) es uno de mis personajes favoritos de la serie. Carol toma decisiones difíciles y a veces incluso moralmente cuestionables, pero es que uno no vive un apocalipsis zombie todos los días... Hay que tomarlas, como cuando decidió matar a Karen y a David (quemándolos, encima) porque tenían aquella gripe mortal y podían convertirse en walkers en cualquier momento mientras todos dormían. Si algo ha aprendido Carol de los maltratos que sufrió de su difunto marido, de la muerte de su pequeña y de todo lo que ha vivido hasta ahora es que lo más importante es la supervivencia, aunque para ello tenga que matar, hacer enemigos o saltarse las normas.


Carol se lleva a su pupila (Lizzie) al bosquecillo que da título al episodio y allí mientras la "inocente" Lizzie contempla las flores dándole la espalda a Carol, ésta saca su pistola y le clava un disparo en la cabeza, mientras Tyreese observa en la distancia a través de la ventana y con mirada triste el devastador pero necesario acontecimiento que se está llevando a cabo.

Tras todo lo ocurrido en estos 35 minutos de episodio, estamos conmocionados, pero la cosa no termina aquí. Carol aún tiene un última decisión difícil que tomar: confesarle o no confesarle a Tyreese que fue ella quien mató a Karen y a David. Ambos se encuentran por la noche en la casa, sentados a la mesa, en silencio, con un puzzle por hacer frente a ellos y Carol finalmente se lo confiesa todo, acercándole la pistole y diciéndole "You do what you have to do...". La triste mirada de Carol (esa tristeza que sólo una madre que ha perdido a su hija puede tener) versus la encendida mirada de Tyreese debatiéndose entre el odio hacia la persona que le arrebató a Karen y el afecto que siente por Carol, al averiguar que estas dos son en realidad la misma persona. Finalmente, Tyreese habla "I forgive you. I'm never gonna forget, but you are forgiven." Y con esta escena llega la redención de Carol. Realmente la situación consigue ponerte el vello de punta, sobre todo gracias a la actuación de los dos actores ¿quién decía que el género zombie no podía dar lugar a buenas interpretaciones?

Finalmente, Tyreese y Carol toman la decisión de reanudar su camino hacia la terminal. Recordemos también el humo negro que hemos visto en este episodio (¿guiño a Lost? ¿procede de la terminal? ¿es algo bueno o algo malo?) Aún no tenemos respuesta a todas estas preguntas, lo que sí que sabemos es que algo tendrá que ver con todos esos walkers "chamuscaos" que hemos visto en este episodio. ¡Qué ganas de que lleguen a la terminal, por Dios! ¡Y sólo quedan dos episodios!

Ha sido un capítulo algo controvertido (niños matando a niños, adultos matando a niños, confesiones inconfesables tipo "yo he sido quien ha matado al gran amor de tu vida"...) Pero, en mi opinión, ha sido un episodio bastante redondo, desde ese inquietante plano inicial que ya nos avanzaba que algo malo iba a ocurrir. Uno de esos episodios que te hacen pensar que TWD está más podrida que la piel de los walkers. Un episodio horrible, pero magnífico.

David