Así observamos atentamente 25 años en la vida del disfuncional matrimonio Kitteridge, Olive (una profesora de matemáticas taciturna, malhumorada, intratable, intransigente, crítica, cero empática y cero cariñosa con los que la rodean, una mujer difiícil cuyos actos no siempre se corresponden con sus sentimientos, una mujer que se atreve a decir lo que muchos callan por cobardía; vamos, la madre que todos querríamos tener...) y Henry (un farmácéutico de buen corazón, paciente, que intenta ayudar a todas aquellas personas que se cruzan por su camino en un momento bajo de sus vidas y eso saca a Olive de sus casillas; un auténtico bonachón...). Olive y Henry se detestan y se quieren a partes iguales, conocen todos los recovecos de su relación, sus defectos, sus virtudes, sus secretos, mejor incluso que nosotros como atentos espectadores, pero aún así permanecen el uno junto al otro hasta el final, es uno de esos matrimonios de los de antes, para los que la frase "hasta que la muerte los separe" significaba alguna cosa, que no tiraban la toalla por la primera desaveniencia, por una discusión acalorada, ni siquiera por un desliz. Ver cómo, aunque no se lo digan nunca, estos dos se quieren y se necesitan resulta realmente conmovedor y emocionante.
Ni hace falta decir que la pareja de actores protagonistas es maravillosa, una apuesta segura en mi quiniela de los próximos Golden Globes, cuyas nominaciones se harán públicas el próximo 11 de diciembre. Por un lado, tenemos a la infalible Frances McDormand (que interpreta a Olive), merecidísima ganadora de un Oscar por su estupendo papel en "Fargo". McDormand es de esas actrices a las que parece no asustar el devenir de los años, que no tienen la necesidad de ocultar el inexorable paso del tiempo a golpe de bisturí y que aprovechan las huellas de la madurez que el tiempo ha dejado en su rostro, para dotar a sus personajes de una profundidad que el bótox esteriliza y anula en rostros de otras actrices de su edad. Además McDormand dispone en este caso de casi 240 minutos de metraje para desarrollar un personaje tan complejo como el de Olive Kitteridge, algo que en una película de 90 minutos sería prácticamente imposible. Así podemos entender perfectamente la depresión por la que está pasando el personaje (que como ella misma explica en un momento de la trama, el gen depresivo circula por los genes de su familia, por lo que es algo con lo que tarde o temprano ella y todos sus vástagos tendrán que lidiar). Podemos entender su cinismo ante todo, su triste mirada, el no obvio pero incondicional amor que siente hacia su marido, aunque parezca que nunca se lo tome en serio.
Y luego tenemos a Richard Jenkins, otro monstruo de la actuación que convierte en oro interpretativo todo lo que toca. Jenkins llena a Henry con una bondad y una generosidad genuinas. Nos creemos totalmente cómo Henry quiere ayudar a las personas desvalidas, como a Denise Thibodeau, que pierde a su prometido en un accidente de caza, y de la que Henry se "enamora", se enamora de su dulzura, de su inocencia, su vulnerabilidad, es todo lo que Olive no es, Denise le hace sentirse necesitado. Olive obviamente se da cuenta de todo, y cruelmente la llama "ratoncillo" sólo para demostrarle a Henry lo ridículo que ella le ve, yendo detrás de una chica a la que le dobla la edad. Henry es un personaje que despierta ternura. Quizás durante la película uno siente que Olive no le está dando el tipo de vida que se merece, pero durante el final de sus días, nos damos cuenta de que es la única persona que realmente está ahí incondicionalmente para él, ni su estimado hijo está ahí en los momentos más difíciles.
Maravilloso es el momento en el que Olive y Henry son víctimas de un secuestro en el hospital y ellos dos amordazados se ponen a culparse el uno al otro sobre cómo han arruinado la vida de su hijo. Olive le achaca que él es Mr. Perfecto y su hijo nunca ha conseguido ser feliz porque no ha llegado al nivel de perfección mostrado por su padre y Henry le achaca que se fue de casa porque ella le hizo la vida insoportable con su mal genio, su alto nivel de exigencia y sus terribles críticas. También se ponen a hacer balance de su complicado matrimonio, Olive le dice que le debería haber abandonado hace años, Henry desafiante le dice: "¿Y por qué no lo hiciste?", a lo que ella responde: "¡Iba a hacerlo, pero está muerto!", Henry se pone a reír y le dice: "No habrías durado con él ni dos semanas". Es un momento extremo, de vida o muerte, pero resulta maravilloso para ver el tipo de relación que gastan estos dos, que saben que a pesar de todo, a pesar de que en momentos de su larga vida juntos se hayan enamorado de otras personas y hayan incluso pensado en abandonarse, finalmente han permanecido el uno junto al otro. O el momento en que Olive le habla a un desorientado Henry enfermo, estirada junto él en la cama, hablándole directamente al pecho, al corazón, y le dice: "Naciste amable, te convertiste en un adulto amable y entonces te casaste con una bestia y la quisiste."
La mini-serie es una soberbio estudio sobre la depresión, las enfermedades mentales, el inexorable paso del tiempo y el suicidio. Sobre su honesto personaje protagonista, cuyas contradicciones resultan fascinantes y que harán que no podamos apartar la mirada de su curtido rostro.
¡Hola!
ResponderEliminarTenía muchas ganas de leer tu crítica, aunque ya le tenía ganas ahora sé que la veré y pronto. No he leído la novela, pero de momento me animaré con la mini-serie. Espero que me guste tanto como a ti.
Un beso
Buenas Isa!
EliminarYo tampoco he leído la novela, pero por lo que he leído en algunas webs, dicen que es una muy buena adaptación. La HBO es prácticamente una apuesta segura y con un reparto como este es toda una gozada. Ya me comentarás qué te ha parecido cuando la termines ;)
Saludotes!
David, eres un poeta. Me la veo pero de ya.
ResponderEliminarbesitus!
Buenas!
EliminarGracias por lo de poeta :) Ya me gustaría!!! Es sólo que con piezas de calidad como esta, me siento inspirado para escribir ;)
Muchas gracias por comentar y espero que te guste.
Un saludo!