Esta semana también inauguramos nueva sección. En este
caso, pretendemos analizar pilotos que no llegaron a convertirse en serie. En
el post de la semana pasada ya hablamos de un par de ellos (el piloto de “Aquaman”
y el de “Wonder Woman”). Pero en algunos casos puede llegar a sorprender porque
su creador es conocido, sus actores tienen el gancho suficiente, y la premisa
puede resultar lo bastante interesante como para ser explotada; pero, por
razones que intentaremos analizar, no llegaron a triunfar.
Esta semana analizaremos el piloto “Pretty/Handsome” (2008),
creado, escrito y dirigido por Ryan Murphy. De este creador podemos destacar su
capacidad para darle la vuelta a géneros trillados.
1)
Le dio la vuelta al género de las series sobre médicos
con “Nip/Tuck”, donde los doctores Sean McNamara y Christian Troy daban golpes
de bisturí a los pacientes que acudían a su consulta de cirugía plástica.
2) Se burló (o no) de las series de institutos a lo “High
School Musical”, con la tramposa “Glee”, que, en mi opinión, queriendo reírse
de éstas, acabó siendo una de ellas.
3) Reinventó el género del terror para la televisión con “American
Horror Story”, un gran homenaje a éste, sobre la que ya hablamos en un post del
mes de enero.
4) Este año ha estrenado “The New Normal”, donde ataca el
género sitcom, pero que también resulta mucho más convencional de lo que prometía
su premisa.
El gancho de la serie era el siguiente: Bob, un hombre
casado con dos hijos, tiene que contarle a su familia que es transexual. La
serie originariamente tenía que llamarse “4oz” (4 onzas equivalen más o
menos a unos 113 gramos), que es lo que pesa como media el pene de un hombre
(¿cómo puede ser que le demos tanta importancia a algo que pesa tan poco…?).
En los quince primeros minutos de este episodio piloto ya
lo da todo. Empezamos con una secuencia donde Bob se encuentra en la sección de
lencería de una tienda; cuando la “Sr. Wallas, ¡¡usted tiene vagina!!”). El Sr. Wallas
quiere que le extirpen todos los órganos femeninos, pero no quiere pene “Ya hay
suficientes pollas en este mundo, no necesito una para sentirme hombre”. No seguiré porque el episodio tiene su gracia y no
quiero “spoilearlo” más…
dependienta le pregunta qué busca, él responde que algo especial para su esposa (Elizabeth), que necesita algo que la vuelva a hacer sentirse mujer (todos vemos clarísimo que está hablando de sí mismo, y que la ropa íntima es en realidad para él). En la siguiente secuencia, vemos a Bob dándole placer oral a Elisabeth; ésta tiene un orgasmo descomunal, pero cuando va a corresponderle con el mismo favor, Bob se excusa diciendo que llega tarde al trabajo. Acto seguido, vemos a Bob en el baño haciendo el acto de desmasculinización más cotidiano del mundo: afeitarse. Seguidamente, típica escena de almuerzo familiar, donde el hijo adolescente de la pareja (Patrick) está acompañado de un amigo del instituto (Beckett) que claramente se siente atraído sexualmente por la madre (Elisabeth) y a ella eso parece agradarle. Beckett rápidamente muestra su descaro diciendo que está haciendo un trabajo para el instituto sobre cómo el tamaño del pene está directamente relacionado con el éxito de un hombre, aprovechando para decir que por ese motivo él ya tiene el éxito asegurado…. Y, finalmente vemos a Bob en su consulta ginecológica, donde recibe la visita de un paciente varón, que al bajarse los pantalones resulta ser una mujer transexual.
dependienta le pregunta qué busca, él responde que algo especial para su esposa (Elizabeth), que necesita algo que la vuelva a hacer sentirse mujer (todos vemos clarísimo que está hablando de sí mismo, y que la ropa íntima es en realidad para él). En la siguiente secuencia, vemos a Bob dándole placer oral a Elisabeth; ésta tiene un orgasmo descomunal, pero cuando va a corresponderle con el mismo favor, Bob se excusa diciendo que llega tarde al trabajo. Acto seguido, vemos a Bob en el baño haciendo el acto de desmasculinización más cotidiano del mundo: afeitarse. Seguidamente, típica escena de almuerzo familiar, donde el hijo adolescente de la pareja (Patrick) está acompañado de un amigo del instituto (Beckett) que claramente se siente atraído sexualmente por la madre (Elisabeth) y a ella eso parece agradarle. Beckett rápidamente muestra su descaro diciendo que está haciendo un trabajo para el instituto sobre cómo el tamaño del pene está directamente relacionado con el éxito de un hombre, aprovechando para decir que por ese motivo él ya tiene el éxito asegurado…. Y, finalmente vemos a Bob en su consulta ginecológica, donde recibe la visita de un paciente varón, que al bajarse los pantalones resulta ser una mujer transexual.
El episodio está lleno de logros. La ironía del hecho de que Bob sea ginecólogo, se pasa la vida observando un órgano que anhela tener; que también se presta a alguna secuencia interesante, como cuando una pareja viene a hacerse una ecografía y quieren saber el sexo del bebé. La palabra "pene" aparece tropecientas veces, no me he dedicado a contarlas, pero muchas. Los guiones son rápidos, afilados e ingeniosos, al más puro estilo del buen Murphy. Patrick (el hijo adolescente) y su novia guardan un secreto que dará lugar a una secuencia bastante perturbadora. El hijo pequeño (Oliver) también es todo un personaje con su acuario de caballitos de mar (animal que, irónicamente, se autofecunda y da a luz). Otro logro son las escenas algo surrealistas, aunque no
lo suficiente como para que no las creamos posibles, que acaban siendo
pensamientos de los personajes; éste es un recurso muy usado en la magnífica “Six
Feet Under”. Todo esto
con el apoyo de un magistral trabajo de todos y cada uno de los actores y una banda sonora cuidadosamente elegida, donde
destacamos la no menos irónica elección del tema de AC/DC “Big Balls”.
La serie no se materializó y sólo nos queda este piloto de
67 minutos que podemos encontrar en la red. La FX pasó finalmente de ella y programó
la serie “Kings” en su lugar. Ni el prestigio de Murphy, consolidado ya con “Nip/Tuck”,
ni el de sus actores pudo hacer nada al respecto. Aparentemente la sexualidad
vende, pero la transexualidad, no. Quizás el tema no fuera del todo del gusto del conservador
público americano. En todo caso, nos hemos quedado sin poder ver de nuevo a
Joseph Fiennes “en plan travesti radical”.
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