El pasado jueves 19 de junio tuvo lugar el estreno de la segunda temporada de "Rectify", la primera serie producida por el nuevo canal Sundance TV. Se trata de una obra que fácilmente puede pasar desaparecibida porque no tiene ninguna estrella excesivamente conocida entre su maravilloso elenco, sólo rostros que nos resultarán familiares pero difíciles de situar sin la ayuda de IMDB. Una serie que con su ritmo lento resulta hipnotizadora, fascinante, cautivadora y que con sus asépticas imágenes y su melancólica banda sonora a toque de piano y violín, te va envolviendo y atrapando poco a poco en su red, para empatizar con unos personajes tristes, torturados, llenos de silencios que ocultan gritos de desesperación, miradas perdidas que vislumbran traumas no resueltos. Un punto de vista interesante que nos muestra una familia destrozada, con una herida que ni el tiempo podrá curar...
La serie tiene una premisa que parece simple en su superficie: Daniel Holden, encarcelado cuando era un adolescente por violar y estrangular a su novia de 16 años (Hanna Dean) y tras haber pasado 19 años en el corredor de la muerte, esperando el momento en que su pena fuera ejecutada, es puesto en libertad tras la aparición de nuevas pruebas de ADN que ponen en tela de juicio la sentencia que se le impuso. Así vamos presenciando cómo Daniel tiene que reajustarse a la vida perdida, a la familia perdida, a la juventud perdida, cuando regresa a su ciudad natal de Paulie, Georgia, una ciudad sureña, cuyos habitantes no olvidan lo sucedido y, por ello, le miran con desconfianza, le siguen juzgando, le siguen culpando. A un ritmo lento, durante la primera temporada (correspondiente a los 7 primeros días en libertad de Daniel) vamos mascando una tragedia inevitable, vamos viendo que la ciudad de Paulie no está preparada para acoger a alguien, que para ellos sigue siendo el violador y el asesino de Hanna.
Esta producción nos enseña un lado que pocas veces se nos muestra: lo que vive una familia cuyo hijo ha cometido un crimen horrible. Lo que la madre ha tenido que sentir al tener que justificar lo que su hijo ha hecho. Una madre (Janet Talbot) que tras la muerte de su marido (que murió mientras Daniel cumplía sentencia en la cárcel) intentó rehacer su vida volviéndose a casar con uno de los trabajadores de la empresea de neumáticos que poseía su marido, Ted Talbot, un viudo que también tiene un hijo (Jared Talbot) que ha pasado a convertirse en el hermanastro de Daniel. La hermana pequeña de Daniel (Amantha Holden, maravillosamente interpretada Abigail Spencer, capaz de transmitir mucho mas con su azul mirada que con sus palabras), que ha tenido que comprender por qué su hermano mayor ha sido encarcelado, que ha tenido que entender un crimen que no concibe, que ha tenido que soportar seguir yendo a una escuela con los amigos y familiares de la víctima, que la miran sabiendo que su hermano fue quien cometió ese acto execrable.
Para Daniel su liberación es como volver a nacer. Es todavía un adolescente encerrado en el cuerpo de un hombre de 40 años, que no comprende muchas de las cosas que ocurren a su alrededor. Maravillosa es la escena en la que Daniel sube a la guardilla de su casa y allí encuentra su antiguo walkman, lo arregla y se pone a escucharlo bailando como un adolescente, porque aunque estando en el corredor de la muerte ha podido sentir cosas que un hombre normal no sentiría ni que viviera 100 años (sabiendo que en cualquier momento podría ser ejecutado), Daniel sigue siendo un niño. Con esta escena, repleta de silencio como la mayor parte de la serie, y con la maravillosa mirada de Aden Young (el actor que interpreta a Daniel), una mirada enternecedora, conmovedora, llena de vida, pero rebosante de dolor, Daniel consigue ganársenos; ya deja de importarnos si cometió o no aquell horrible crimen, ya sólo queremos ver cómo consigue adaptarse a la vida, ver cómo consigue aprovechar esta nueva oportunidad que el destino ha decidido otorgarle. Algo que le será tremendamente difícil debido a su enorme soledad y a las miradas desconfiadas de los vecinos de Paulie.
Uno de los grandes logros de la serie son los constantes flashbacks al tiempo que Daniel pasó en el corredor de la muerte, esa especie de limbo entre la vida y la muerte, con esas celdas de 2x3 metros tremendamente frías y de un blanco esterilizado, esas celdas separadas por estrechos tabiques que permiten que los presos de las células contiguas tengan profundas conversaciones, establezcan estrechos vínculos mientras esperan el momento en que tendrán que salir de ellas y caminar los 107 pasos hasta la sala de ejecuciones. Esos flashbacks resultan enormemente reveladores, ya que nos dibujan de manera clara la psique de Daniel, que al igual que para su propia familia, para nosotros es un total desconocido (ni siquiera sabemos si es realmente culpable o no del crimen que se le imputa). En estas imágenes aparece otro recluso, Kerwin Whitman, que durante mucho tiempo ocupa la celda contigua a la de Daniel, y con el que tiene conversaciones existencialistas y filosóficas, porque cada día que hablan puede ser el último si su sentencia es llevada a cabo finalmente. Estas secuencias son especialmente poéticas, de un lirismo que alcanza cotas preciosas y otras son brutalmente desgarradoras, como cuando vemos un flashback en el que a Daniel le toca tener como vecino en la celda de al lado a uno de los hombres que lo violó en las duchas cuando recién entró en la cárcel siendo un adolescente. Dicho recluso le relata todo lo que sucedió (algo que Daniel había intentado borrar) a través de la pared, mientras se masturba recordándolo...
Muy interesante es la relación que se establece entre Daniel y Jared (su nuevo hermanastro). Jared se ha convertido en el jefe de la empresa de neumáticos que tenía el fallecido padre de Daniel, así que teme que la llegada de éste pueda hacer peligrar su puesto, por lo que siente bastante recelo hacia él. Para acabar de tensar la relación entre estos dos, Tawney Talbot (la esposa de Jared), una devota cristiana que no es nada feliz con su marido (cuando tienes que pedirle a tu marido que te abrace, porque él nunca lo hace y cuando lo hace no sientes más que frialdad es que las cosas no van bien...) siente inmediatamente una fuerte conexión con el descolocado Daniel; parecen entenderse perfectamente, parece que Daniel la comprende mucho mejor que su marido. Los temores de Jared crecen, cree que no sólo puede perder su negocio, sino también a su esposa. Los momentos compartidos entre Daniel y Tawney son muy Sundance.
"Rectify" es una pequeña joya, con maravillosas imágenes, una espléndida banda sonora que llena algunos espacios de los dolorosos silencios que invaden las vidas de estas personas destrozadas por la desgracia. Una serie llena de melancolía, llena de pasajes líricos, exitencialistas, con muchas capas bajo su aparente simplicidad. Una serie distinta a todas las que habéis visto antes, que espero que en esta segunda temporada siga ofreciéndonos maravillosos momentos servidos a un ritmo de cocción lento que acrecenta su tristeza y su pesar y con unos silencios que te permitirán escuchar el latido del corazón de sus personajes.
A mí me decepcionó. El potencial latente no llega a explotar, se me hizo pesadísima. Estoy tentado de seguir a ver si coge fuerza, pero con tanta serie pendiente no sé si lo haré finalmente.
ResponderEliminarBuenas warrenkeffer!
EliminarSin duda el ritmo de la serie es lentísimo, pero en mi opinión, eso ayuda a que podamos entrar más en la mente de los personajes, observarlos y sufrir con ellos, porque todos sufren. Creo que es una serie que desprende un dolor latente por todos sus poros.
Es cierto que hay un montón de series por ver. Pero también es cierto que en verano baja un poco el volumen de series y es un buen momento para darle oportunidad a otras más pequeñas como esta ;)
Muchísimas gracias por darnos tu opinión :)
Un saludo!
Hola! Estoy totalmente de acuerdo, como dices en una serie cautivadora. Ciertas series las veo un poco de fondo mientras hago otra cosa, pero cuando toca ver Rectify me siento a verla prestando mucha atención, porque si no me pierdo la esencia de la serie. Ya he visto el primer capítulo de la segunda temporada, es verdad que los flashbacks son de lo mejor que tiene. En cuanto al presente, transmiten de forma genial esa sensación que comenta Daniel en este capítulo: "Cada día ha sido como toda una vida".
ResponderEliminarSaludos!
Buenas!!!!
EliminarYo tengo pendiente el episodio que emitieron el jueves pasado, pero parece que esta temporada estará tan bien o mejor que la primera. Con series como esta da gusto :)
Muchas gracias por comentar en el blog ;)
Un saludo!